El economista Sebastián Scheimberg puso en la balanza el incremento del sueldo mínimo frente a los niveles de inflación. Qué puede pasar en los próximos meses y la importancia de una desaceleración de precios que no sea coyuntural.
Es una referencia que no es concreta en el sector registrado de los trabajadores, sino, más bien, un indicador de cómo va la cosa. Esto es porque no hay una expectativa de estabilidad de precios, está todo muy distorsionado. Pensar que el sector informal va a poder amortiguar el alza de precios con un incremento salarial referenciado parece no ser una solución viable.
El Gobierno está corriendo de atrás a los problemas, que se van agrandando y no se pueden resolver si no se encara un programa integral de combate a la inflación. Además, hay un tema que se ha establecido como problemático, que es el nivel de emisión monetaria. Cuando hay que enfrentar un vencimiento de deuda, no hay quién lo refinancie y hay que absorber esos títulos de deuda, se termina refinanciando con emisión monetaria. La sensación es que esta emisión termina resultando en un rechazo a la moneda. La gente busca desprenderse de los papelitos lo más rápido posible y esa inflación monetaria termina siendo incontrolable.
El ministro Sergio Massa está haciendo alguna suerte de ajuste fiscal bastante fuerte, con el objetivo de controlar la inflación. Creo que este mes, efectivamente, la inflación se va a desacelerar. Lo que hay que ver es si marcará tendencia o es por una cuestión coyuntural.
El programa Precios Justos parece que está bastante concentrado en algunas cadenas de venta de hipermercado y es difícil de determinar en los comercios de cercanía. Los sectores más informales, que no tienen medios de pago bancarizados, tampoco se benefician con los Precios Justos. Mientras no se estabilice o se baje la inflación, los problemas no se van a ir resolviendo con estos parches.
