El programa de Precios Justos empezó como una iniciativa que contemplara un grupo grande de productos de consumo masivo en supermercados pero luego contó con medidas adicionales que lo complementaron como idea de referencia de precios. Para ese conjunto de compañías, además, permaneció un compromiso de que los bienes que quedaran por fuera no tengan un aumento mensual mayor al 4 por ciento.
Tras incluir a ese primer grupo de consumo masivo, el 4% de referencia actuó como principio para convenios posteriores, como los combustibles y los insumos difundidos de la industria. En los despachos de Comercio aseguran que si bien están en una etapa inicial, sumarán a ese sendero de incrementos con tope a fabricantes de insumos para la construcción y otros artículos para el hogar. Contemplará a unas 60 empresas.
La situación de desabastecimiento –que llegó a ser de un 25% del total relevado por los inspectores en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)– tenía lugar especialmente en algunos productos puntuales, entre los que se destacaban como los más críticos al aceite.
Además, el reverso del compromiso de las firmas de consumo masivo para mantener a raya ese conjunto de precios es una promesa por parte del Poder Ejecutivo para facilitar y acelerar el flujo de divisas a precio oficial para la importación de insumos, a través del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA).
