martes 03 octubre, 2023
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La Dictadura Cívico-Militar en La Matanza

Si se repara en las distintas investigaciones disponibles que permiten “arrojar luz” sobre nuestra pasado más reciente, indudablemente, otra será la historia que comenzará a escribirse de La Matanza cuando a partir de la madrugada del 24 de marzo de 1976, el Palacio Municipal de San Justo, amaneció tomado por militares que controlaban todo ingreso y egreso desde la puerta principal.

El intendente, ungido por el voto popular, por entonces era Francisco Larraza. Un hombre de vasta experiencia política, que ya había ocupado ese cargo en Trenque Lauquen, en 1952, y que veintiún años después comenzaba a ejercerlo en este distrito, junto a su entonces secretario privado, Federico Pedro Russo, quien retomará las riendas democrática del Partido transcurrido este período, que por entonces iniciaba con la inmediata destitución de Larraza del ejecutivo.

A partir de entonces, la intendencia democrática quedó usurpada por los militares de facto, que llevaron adelante el “Terrorismo de Estado”. Los registros universitarios de La Matanza, señalan que a principios del golpe, asumió como interino, el teniente coronel Carlos Tomás Herrero y el comodoro Oscar María Bárcena. En 1978, el coronel José Olego. Al año siguiente, el coronel Félix Camblor, hasta 1981 cuando se hace cargo del partido el coronel Alberto Calloni.

Es de absoluta ingenuidad no suponer que estos coroneles genocidas ignoraban los crímenes horrendos que se cometían en el territorio por aquellos años, violando todo tipo de derechos humanos, como el robo de bebés, la desapariciones forzadas, registradas en la CONAPEP de militantes populares, escritores, sindicalistas, como Manuel Elías González, (Isidro Casanova) Armando A. Zacari (Villa Constructora), así también los desaparecidos Delfor Santos Soto y Titi Vidal, y tantos otros llevados a los centros clandestinos de detención. Entre los secuestrados y torturados, se encontraba también Federico Pedro Russo, quien -según los registros locales-, fue alojado en la comisaría de Gregorio de Laferrere, y “descartado” tiempo más tarde en las inmediaciones del km 35 de la Ruta Nacional N°3.

Uno de los intendentes de facto, que la prensa acrítica local, se encargaba de “magnificar” su gestión a través de propagandas sobre las obras públicas, fue sin dudas el coronel Félix Camblor, un represor que desde 1975 se desempeñaba como jefe del comando 101 de artillería en Junín, un personaje vinculado a la desaparición sistemática de personas, como el caso del sacerdote marianista Julio Santamaría de dicha localidad.

Acto militar de los jerarcas de la Dictadura en Ciudad Evita

Pero… ¿Por qué esta información no llegaba a la opinión pública?  La respuesta se puede hallar en la historia del periodismo en La Matanza, y fuentes académicas que demuestran el blindaje mediático ejercido por los periódicos zonales de la época, como “Enfoques”; “La Matanza, Hoy”; “Clarinada” y “el Centinela”, que no se ocupaban de evidenciar la violencia institucional del Estado, sino que mostraban a través de sus páginas un distrito “ordenado” y en pleno “crecimiento”.

Sus editoriales hablaban de la política de infraestructura económica, que se reflejaba en las obras públicas por los localidades y barrios matanceros, como San justo, donde la figura de Camblor, registrada en las actas notariales, quedó instalada en la “memoria de los vecinos”, con la remodelación de la plaza San Martín, frente al edificio municipal, o a la inauguración de clubes, como el “Club Portugués”, o “Petete” en Isidro Casanova, así también a la pavimentación de calles en Rafael Castillo, y al alumbrado público en la ciudad cabecera y Ramos Mejía, entre otros actos cívicos.

 

El Coronel Félix Camblor en una reunión vecinal en Isidro Casanova

Como ya es de público conocimiento, la situación económica para el año 1981, empeoraba en el país debido a las políticas liberales de Martínez de Hoz (ministro de Economía durante la Dictadura cívico-militar) sus consecuencias fueron las mismas de siempre, inflación, ajuste, baja de salarios y endeudamiento feroz. Serán años de paralización de las actividades empresariales, que intentará taparse con la Guerra de Malvinas. El afán perseguido por los dictadores, de perpetuarse en el poder, llegará a su fin, con la sangre de estos soldados, muchos de ellos matanceros, quienes se convertirán, desde el Atlántico sur, en los verdaderos “Padres de la Democracia”.

En 1983 Raúl Alfonsín será el nuevo presidente argentino, mientras que la ciudadanía matancera elegirá como Intendente municipal a Federico Pedro Russo, denominado por sus correligionarios como el gran Caudillo Peronista, de perfil conciliador, humanista y cristiano, el cual implementará en el distrito políticas de  inclusivas, y de promoción social por lo cual será reelecto en 1987 y ejercerá sus funciones hasta el año 1991.

 

Prof. Carlos J. Alegre