“Hoy, el calzado está muy afectado por las importaciones”, sostienen las industrias del rubro
“Sufrimos la falta de consumo, a lo que se suman millones de pares de calzado que llegan por la importación», sostuvo Alberto Sellaro.

La semana pasada, la secretaria de Producción de La Matanza, Débora Giorgi, encabezó un encuentro con representantes empresariales y de gremios textiles, del calzado y de marroquinería. El objetivo fue tratar de comenzar a hilvanar una agenda en común entre las partes frente a la crisis que atraviesa la industria.
Tras la reunión, el presidente ejecutivo de la Cámara Argentina de Industriales Proveedores de la Industria del Calzado (CAIPIC), Hugo Álvarez, expresó: “Tenemos dos temas que son comunes a varios sectores industriales: una caída importante en el consumo y el ingreso de productos importados”.
En esa línea, aseguró: “Hoy, el calzado está muy afectado por las importaciones”. “Nuestras empresas, que son casi todas proveedoras, tienen mucha dificultad porque, mayormente, manejan volúmenes más grandes de producción, y es difícil cumplir con los pedidos pequeños. Estamos sufriendo este momento”, enfatizó.
Por su parte, el titular de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), Alberto Sellaro, se mostró en sintonía con Álvarez, y remarcó: “La situación de nuestro sector es muy difícil”. “Sufrimos la falta de consumo, a lo que se suman millones de pares de calzado que llegan por la importación. Es muy complicado producir y mantener los puestos de trabajo”, aseveró.
La propuesta del sector textil
Ante este delicado presente, la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA) elaboró un plan estratégico que elevó al Ministerio de Economía, con el objetivo de mejorar la competitividad y amortiguar la crisis en el rubro. Actualmente, el uso de capacidad instalada industrial del sector ronda el 40 por ciento.
Principalmente, la FITA propone instrumentar una rebaja de los costos laborales de las empresas, con lo que se tomaría los aportes previsionales a cuenta del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Con esto, estima que se reduciría un 30 por ciento el costo laboral y se equipararían las condiciones con países de la región, como Brasil y Perú.

